domingo, 5 de junio de 2011

Todos contra el escribano Hugo Cuervo


LA ESCANDALOSA EXCLUSION de Gabriel Ponce de León, por la evidente anomalía notada en el Ford del Lincoln Sport Group propiedad de Hugo Cuervo en la carrera de TC en Buenos Aires, ha desatado una andanada de críticas furiosas y sin anestesia hacia la figura del escribano.


Se ha subido en especial, algún sector de la prensa que destroza al notario, además claro de los consabidos epítetos en voz baja de colegas de equipos y pilotos. El deporte del instante es “hay que pegarle al escribano”.

No se trata de defender quizá lo indefendible en el caso de Cuervo, “condenado” por cierto, ante antecedentes que muestra su curriculum automovilístico en materia de transgresiones reglamentarias con sus autos. Sólo se trata de resaltar que suena sencillo, fácil, destrozar a Cuervo por estas horas. ¿Por que no se lo hizo antes, si tan claro la tienen algunos?. Primero se lo deberá juzgar en el ámbito deportivo, en la pomposa CAF que se verá cuales de las diversas recetas que dispone aplica en este caso. Los indicios sugieren que la mano de la ley que no siempre es ciega en el TC, le caerá con dureza a Cuervo. Pero, suena prudente y responsable aguardar a que se expida y no condenarlo a la horca de antemano.

Así entonces suenan comentarios de algunos periodistas, un movilero radial lo “fusiló” y como otros, se colocó la toga de juez al indicar que “a la CAF no le tiene que temblar el pulso, y no sólo sancionar a Cuervo, porque si (en Posadas) estuviera su equipo y sus autos…”, indicaría que poco y nada habrá pasado, pretendió inducir. Eso sí, salvó la ropa de Ponce (como si Gabriel precisara de defensores mediáticos), porque si de andar bien con los drivers se trata, y tirarles centros a la olla en forma permanente, algunos periodistas se sacan “chispas”.

A su vez se ha considerado como “gravísimo” el hecho que Cuervo haya dicho que “mis autos corren así (con el lastre prohibido en el baúl) desde hace dos años…”. Ese mismo sector de la prensa también le cae de lleno contra esos dichos, y la CAF en tal sentido, considera como agravantes estas declaraciones del escribano.

¿A que podrá deberse que un segmento del periodismo abocado al automovilismo, arremeta con munición pesadísima sobre Cuervo?, ¿quizá congraciarse con el poder (la ACTC) del que suelen resultar funcionales, y al que no es infrecuente que le otorguen la derecha ante episodios por demás controversiales?. Se habla de la “falta de respecto” en la que incurrió Cuervo hacia sus colegas, pilotos, categoría y al público. En efecto, da toda la impresión a esta altura de los acontecimientos que asi ocurrió, de todas formas, sería saludable escuchar en profundidad todas las campanas, y esto no marca condescendencia alguna con Cuervo, en lo mas mínimo. Sabés la independencia de criterio que cultivamos en VA.

“La gente notó que le metieron la mano en el bolsillo”, disparó el mismo movilero radial implacable, con el código de ética abajo del brazo; “es una falta gravísima que no puede volver va pasar, una falta de respeto a la historia del automovilismo y a la del TC”, apuntó en su opinión editorializada el mismo movilero en la mañana soleada de Resistencia. Su andada ( o libreto guionado) no acabó ahí, la remató al catalogar como una “nefasta persona (en alusión a Cuervo) que en reiteradas situaciones ha tenido anomalías muy importantes; esto (lo del domingo en Buenos Aires), fue preparado para burlar a la Técnica, al público y a la categoría”. Eso, eso, no hay que olvidar que es bueno continuar siendo absolutamente dependientes y funcionales a los dictamenes que surjan de la celebérrima y fastuosa sede de la calle Bogotá…

Por Carlos Saavedra (especial desde Resistencia, Chaco)

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