viernes, 24 de junio de 2011

El mejor homenaje a Fangio


Es todo un símbolo. De ésos que causan orgullo y que hacen inflar el pecho. Tal vez sea el ídolo más importante del deporte argentino o al menos esté en el podio entre las figuras que dejaron bien representado el honor de todo un país.

Juan Manuel Fangio no necesita más presentación. Es, fue y será el más grande ejemplo de cómo tiene que ser un deportista y, por qué no, una persona. Se ganó un lugar a base de resultados y de hazañas memorables, pero forjó su mito con palabras y actitudes tales que a cien años de su nacimiento su espíritu sigue vigente en todo el mundo…

Pero lo más importante es que Fangio está presente en cada rincón del corazón de los argentinos. Porque al repasar su vida hay ciertas similitudes con la historia de esta querida nación. Todo lo que consiguió no fue por azar, ni muchos menos. Fue porque buscó su destino en cada largada, en cada curva y en cada sobrepaso a un rival.

Consiguió todo por mérito propio y jamás nadie le regaló nada. Fue un héroe de las pistas y también un espejo en quien reflejarse. Por eso, este centenario está plagado de homenajes y tributos, que se suman a todos aquellos que ya se le hicieron desde hace años (algo que demuestra que un reconocimiento no siempre debe estar vinculado a una fecha especial).

Su legado es grande. Inmenso. Pero tal vez haya una frase que lo pintaba de cuerpo entero y que hoy toma cierta relevancia. “Hay que tratar de ser el mejor, pero nunca creerse el mejor”, dijo alguna vez. Toda una lección. Porque si todos siguiéramos esas palabras al pie de la letra, la vida sería un poco más fácil. ¿No?

Diego Durruty

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