miércoles, 13 de noviembre de 2013

La verdadera falla de Balcarce



El equilibrio que permita una convivencia armoniosa entre las personas con distintos intereses, siempre fue el uno de los más difíciles desafíos sociales en general. El reparto de las riquezas, de las regalías, la equitativa distribución de los recursos, son términos que nos resultan familiares a todos, porque forman parte de la problemática del mundo entero.

En macro o en micro, el desafío es siempre el mismo. Ya sea para una región del mundo, un país o estado, una comunidad de cualquier tamaño, o un grupo social que pretende crecer, la unión logra fuerza y solidez, y la pelea, solo debilidad y derrota.

El automovilismo argentino padeció muchas veces el flagelo de las peleas internas a lo largo de sus 75 años de historia, pero la última etapa fue acaso demasiado extensa, ya que comenzó en 1996 y algunos indicadores parecen mostrarnos que estaría terminando en 2013. 17 años de fractura es mucho. Toda una desgracia…

La reunión en la que los Presidentes de la CDA del ACA, Carlos García Remohi, y de la ACTC, Hugo Mazzacane, y los máximos responsables de las categorías nacionales de pista como Pablo Peón, Hugo Paoletti, Miguel Angel Guerra y Fernando Moni, para anunciar conjuntamente la distribución de las fechas para el 2014 ha sido un mojón, que puede señalar el punto de reencuentro de todos ellos, o el punto de partida de todos nosotros, los que amamos este deporte.

Las razones de la división ya se conocen. Poder y dinero, y actores de reparto que no debieron ser nunca parte de la “mesa chica” del automovilismo, como por ejemplo, las productoras de televisión. Como sea, es tiempo de colaborar, de apostar al cambio, y de creer en las buenas intenciones. Pero para eso, es necesario ver dónde están los problemas.

En sus discursos, algunos de los dirigentes que estaban en el ACA ese miércoles 6 de noviembre histórico, hablaron de empezar a revisar los temas que son comunes a todos, como la seguridad en los autódromos, y también alguno se animó a proyectar aún más allá la mirada y ver que hay muchas categorías similares, casi superpuestas. Ahí hay dos problemas que requieren atención, pero sobretodo, necesitan sinceramiento de todos.

Hace un par de semanas, este mismo espacio de opinión intentó reflejar un severo problema de costos que está sacudiendo a la actividad del deporte motor hace al menos dos años, acaso un poco más, aunque no se percibiera con claridad. Ese mismo problema fue el que profundizó la división, porque nadie quiso resignar su ganancia, su negocio. Como una bola de nieve que a medida que avanza por una pendiente es más y más grande, y se lleva puesto todo lo que se cruce en su camino, la angurria de los dirigentes hizo eso mismo con el automovilismo deportivo nacional.

La foto que ilustra esta nota, es la del comunicado de prensa de la CDA, declarando ilegal una carrera de Turismo Nacional, con fecha 18 de marzo de 1996. Donde empezó todo.

La proliferación de categorías fue el punto de partida y es quizás la madre de todos los problemas. Por eso rompieron relaciones el ACA y la ACTC en 2002, cuando el Turismo Nacional tuvo que volver a la CDA como método que en la Av. Libertador encontraron para frenar el avance de los de Bogotá sobre una gran cantidad de categorías. Esa ruptura de emparchó con un “pacto” que se respetó apenas unos meses para después caer en el olvido hasta el fatídico 13 de noviembre de 2011, justo hace dos años del día que se escribe esta nota. Ese día, la grieta se volvió a abrir y se tragó todo nuevamente.

Algunas cosas son casuales, pero algunas casualidades son señales que deben servirnos para aprender. La reunión de los Presidentes de las categorías fue el 6 de noviembre, probablemente haya dos razones fundamentales que la hayan generado. El papelón de fechas superpuestas que tardó 9 meses en resolverse, y la asunción de Hugo Mazzacane como nuevo presidente de la ACTC, con un espíritu conciliador respeto al ACA. Esas son las razones. La casualidad es que apenas una semana después, se cumplen dos años de la muerte de Guido Falaschi.

¿Quieren saber qué falló ese 13 de noviembre en Balcarce? Todo el automovilismo falló. No fue el Comisariato Deportivo que no detuvo la carrera por el auto de Moriatis en la chicana. No fue Leo Larrauri que hizo una maniobra torpe cuando lo alcanzaron los punteros. No fue Balcarce que estaba habilitado para correr con medidas de seguridad por debajo de las mínimas. No fue Néstor Girolami que no levantó ante la nube de tierra. Fue el automovilismo argentino el que falló, y no falló ese día, sino durante 17 años. Fue la bola de nieve que traía pilotos, dirigentes, autódromos, periodistas, e incluso políticos girando sin control, y detuvo estrepitosamente su descenso contra una roca gigante y se destrozó en mil pedazos. Una roca llamada “La Barrosa”...

Ese día lo que falló fue que los Comisarios Deportivos no fueran autónomos y no pararan la carrera como debían por las razones que hayan tenido o les hayan impuesto. Lo que falló fue que Leonel Larrauri quisiera apartarse del radio para no tapar a los líderes, y se encontrara con aceite primero y con un pianito roto por los camiones que entraron por ese lugar a la pista el jueves y lo descalzaron, y nadie lo haya revisado antes. Lo que falló fue que la pista estuviera desafectada para la CDA pero habilitada por la ACTC, y claramente no estaba terminada la obra, pero nadie impidió que la carrera se llevara a cabo. Lo que falló fue que a nadie le importaba que Guido Falaschi no debía estar en ese auto, porque estaba suspendido provisoriamente por la CDA debido a una maniobra con José María López que provocó un accidente en Potrero de los Funes unos días antes, pero en la ACTC podía correr igual.

Fallaron muchas cosas, no fue una sola. O si, en realidad fue una sola, fue el sistema el que falló, el que colapsó. La fractura entre los dos entes fiscalizadores. La división de un deporte que era el segundo más popular de Argentina después del futbol y hoy no estamos seguros que lo siga siendo. Eso falló, y todos fuimos responsables de permitirlo sin reaccionar. Todos. Nadie puede señalar al otro, nadie hizo nada.

Si desde ese lugar entendemos cuál es el problema del automovilismo, la reunión para anunciar los calendarios de 2014 en el ACA habrá sido un verdadero punto de partida.

Entonces habrá que preguntarse cuáles categorías deberían desaparecer o fusionarse entre sí, cuáles autódromos se deben usar y cuales deben desafectarse hasta que se pongan al día con su infraestructura, cuáles sanciones ameritan que un piloto no corra en nada en ningún ente fiscalizador, o directamente crear un tribunal único de disciplina para todo el automovilismo, que no distinga entre entes fiscalizadores y regule el comportamiento  de los deportistas...

No podemos pretender que todo cambie de la noche a la mañana, hay procesos que serán lentos y algunos hasta serán dolorosos, pero si se traza la línea de partida y se empieza el camino, en poco tiempo habrá un automovilismo mejor para todos.

Y ese sería el mejor homenaje a Guido…

Diego Zorrero

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